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Norway
Nací en la que posiblemente sea la ciudad más bonita del mundo; Granada. Enfermero y orgulloso de poder serlo, inicio un viaje a Noruega en busca de nuevas experiencias y de trabajo. Aquí os contaré mi historia y cómo es mi nueva vida en Noruega. ¿Me acompañáis?

lunes, 29 de octubre de 2012

5. Primeras noticias, primeras sorpresas

Debería estar preparado para dar noticias, buenas o malas, ya que mi trabajo implica muchas veces (más de las deseadas) dar noticias que no son de buen gusto. Pero esto es distinto. Te das cuenta que lo que para tí es una gran noticia, para el resto es una sorpresa con un sabor agridulce, y para eso no estás listo.


Después del viaje a Barcelona tuvimos nuestras dos semanas en las que pensar si finalmente firmábamos o no el contrato. La verdad es que fue una decisión más personal que nunca, ya que sólo nosotros lo sabíamos, y por lo tanto, nadie te podría aconsejar. Como dije en la anterior entrada, lo teníamos bastante claro cuando salimos de la entrevista en Barcelona, pero ahora en frío, era diferente. Quizás había que pensarlo un poco más. La verdad es que sólo con ir a trabajar, y ver un poco el panorama laboral que se avecinaba, hizo que esa decisión no se demorara mucho. Finalmente fue un y después ya no habría vuelta atrás. Siempre he pensado que con esfuerzo todo sale, así que si realmente luchábamos por ello, ¿poqué no iba a salir bien?.

Cuando tomas una decisión siempre sopesas lo bueno y lo malo. En este caso en el lado malo pesaba bastante dejar allí a grandes amigos, que son como una familia adoptiva con la que he compartido experiencias buenas y malas, con la que he llorado y reído, y lo más importante, con la que he crecido. Pero a pesar de todo, en toda familia que se precie el hijo siempre se emancipa para prosperar y empezar un nuevo ciclo, una nueva vida, sabiendo que esa familia estará ahí siempre. Así es, ese es el precio que deberíamos pagar por cumplir nuestra incipiente ilusión y empezar una nueva vida juntos. Lógicamente todo tiene un precio o, como se suele decir, "el que algo quiere, algo le cuesta". En el lado bueno estaba todo lo que hacía que nos ilusionáramos: la experiencia de irnos a un lugar desconocido, iniciar una vida juntos, crecer en nuestra profesión, etc... Lo que sí teníamos claro de antemano, incluso antes de saber nada de esto de noruega, es que nuestra vida en Tenerife pertenecía a un ciclo que poco a poco llegaba a su fin, ya que llegado un punto de éste hay solo dos opciones: echar raíces o regresar. Siempre tuve en mente mientras vivía en Tenerife que volvería a mi ciudad por varias razones, como por ejemplo mi familia. Nuria opinaba igual. De esta forma, la decisión de emigrar a Noruega sirvió para poner punto y aparte a esta etapa en las islas. A pesar de todo lo comentado, la balanza se inclinaba haca el lado positivo. Siempre hay que avanzar en la vida y mirar hacia adelante, conservando todo lo bueno que viviste atrás. Una vez hecho el balance, el siguiente paso es contar a esa familia que te vas.

Los dos coincidíamos en empezar a contarlo cuando estuviese todo un poco más avanzado, por ejemplo cuando empezáramos el curso de noruego que estaba previsto para primeros de Febrero. La realidad es que no se puede esconder noticia de tal calibre por mucho tiempo y ahí empezaron las elucubraciones de cómo y cuando lo anunciaríamos. No se si será por mi forma de ser, pero yo soy de hablar cara a cara y, si se trata de algo importante, decirlo yo mismo, nada de "teléfonos escacharrados" en los que se pierde y tergiversa la información. Finalmente decidimos que lo diríamos poco a poco, y empezaríamos con las personas más allegadas a nosotros.

Aún recuerdo la manera tan brusca que tuve de decírselo a Juanra. Esa noche empezábamos nuestro partido de fútbol sala semanal y yo estaba muy nervioso. Me volvió a preguntar porqué no había ido a ver el derbi a su casa y le repetí que no pude por algo que no le podía contar. En un arrebato de nervios, lo cogí de la camiseta y lo saqué fuera y le escupí que me iba a Noruega a trabajar sin ningún tipo de contemplaciones. Él se rió hasta que vió que era verdad y, confesándome que estaba asustado por la forma de haberle hablado, se alegró por mí y quedamos en que daría más detalles después, aunque de todas formas le hice un pequeño resumen. Ante esto, recomiendo respirar dos veces y no hacerle esto a un amigo. Lo que pasa es que tenía tantas ganas de decirlo que exploté con todo lo que llevaba dentro. 
Quizá la primera cara triste que ví fue la de mi mejor amiga Yaiza, que después de un cambio de turno, le dije que teníamos que hablar. Tras una conversación corta y explicarle resumidamente todo, ella dijo que se alegraba mucho aunque en el gesto de su cara se intuía un sentimiento bastante distinto. 
Seguramente la mejor conversación la tuve con mi mami canaria, que pudimos charlar largo y tendido y contarnos detalles y sensaciones al respecto. Por último Paco, del que hablé en entradas anteriores, no hizo falta decirle nada, pues estaba al corriente ya que lógicamente la hermana fue la que me dio toda la información. 
A mi familia aún le quedaría un poco para saberlo. La verdad que también me daba bastante miedo, pero muy pronto llegaría el momento.

Quedan muchas conversaciones que no escribiré por aquí porque no es la intención de esta entrada, y porque no os aburriré con kilómetros de líneas. Lo que quiero mostrar, en resumidas cuentas, son las distintas reacciones que hay cuando se anuncia una noticia que para tí es estupenda. Todo el mundo se alegra porque te aprecia, pero has de tener en cuenta que el que te vas y avanzas eres tú, a ellos les quitas un amigo, una persona que quieren, y solamente saben ellos como se sienten. De todas formas esto no ha hecho nada más que empezar, y sobre despedidas se hablará más en posteriores entradas.
De momento y una vez dicha la noticia a las personas más allegadas, queda empezar un curso de noruego... ¿online?, que conllevará tomar una grandísima decisión, en ese momento incluso más grande que la de irse a Noruega y que marcará cómo será más adelante todo. ¿Continuamos?.

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